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sábado, 7 de noviembre de 2015

MOVIMIENTO DE TRABAJADORES DEL REGISTRO CIVIL LOGRA DOBLAR LA MANO AL GOBIERNO


CON MÚLTIPLES FACTORES EN CONTRA, PERO ARMADOS CON LA UNIDAD Y LA DECISIÓN DE DEFENDER CON FUERZA SUS DEMANDAS, LOS FUNCIONARIOS DEL SERVICIO DE REGISTRO CIVIL LOGRARON QUE SE LES RECONOCIERA EL PAGO DE UN BONO. ES UNA DE LAS POCAS VICTORIAS PARA EL MOVIMIENTO DE TRABAJADORES EN EL ÚLTIMO TIEMPO

En horas de la tarde de éste viernes 6, los  dirigentes de los funcionarios del Servicio de Registro Civil (SRC) señaló públicamente que -por decisión democrática de las bases del gremio- suspendían la paralización nacional que llevaron a cabo por 39 días y que aceptaban la última oferta de mejoramiento salarial que, obligadamente, les hiciera el gobierno.

Fue la dirigencia nacional de los/as funcionarios/as del servicio (ANERCICH) la que encabezó las conversaciones para lograr un acuerdo sobre el monto de los bonos comprometidos. Las 15 regiones votaron unánimemente por firmar el protocolo de acuerdo, el que implica un bono de $ 518 mil anuales, más una asignación de $ 130 mil para el último trimestre del 2016, platas que vendrán a reparar, en alguna medida, los bajos sueldos de estos funcionarios/as. A ello se suma el compromiso del gobierno de “enviar al Congreso un proyecto de ley durante el primer trimestre de 2016, para crear una asignación orientada a fomentar la productividad de los funcionarios del Servicio de Registro Civil e Identificación”

Fue el martes 29 de septiembre que se dio inicio a ésta movilización de carácter nacional, la de más largo aliento realizada por los trabajadores del SRC. Fue gatillada por el incumplimiento del pago de un bono relacionado con la productividad, el que había sido prometido por el anterior ministro de justicia, José Antonio Gómez, pero que fuera desconocido por éste, así como por sus sucesora y actual titular, Javiera Blanco. Pero, existen otras causas más de fondo: malos sueldos de los servidores públicos, situación compartida con buena parte de los trabajadores privados; un intento insano de mejoramiento de dichas remuneraciones mediante irregulares y competitivos bonos; el incumplimiento por parte del Estado chileno de la normativa de la OIT, la que ampara el derecho a negociar colectivamente a los funcionarios públicos; la desidia mostrada por los encargados de los servicios y por las autoridades del ejecutivo en dar una respuesta oportuna a las demandas de los trabajadores de las instancias estatales centralizadas y descentralizadas, etc.       


En un principio, el gobierno de la Nueva Mayoría (NM) no prestó mayor atención al paro y sólo se dedicó a apostar a unos quiméricos planes de contingencia; luego, ante su continuidad, se dedicó a amenazar a los trabajadores/as con despidos, descuentos, sumarios a discreción y hasta con la aplicación de la ley de seguridad interior del Estado; después, intentó hacerle cargar a los funcionarios del servicio con los estigmas morales y humanos derivados de la paralización. Sin embargo, las voces de enojo y desaliento de los afectados no lograron opacar la justeza del movimiento y era evidente que, de más en más, iba aumentando el respaldo de vastos sectores sociales y políticos a los movilizados.

Además, la ciudadanía siempre tuvo claro que desde un comienzo fueron los trabajadores del SRC los que estuvieron dispuestos a dialogar en torno a la disyuntiva, en circunstancias que de parte de los personeros del ejecutivo y del estrato político civil sólo se hacía oídos sordos. Bueno, aparentemente había diálogo entre las partes, pues se realizó un total de 11 reuniones, pero la verdad es que en éstas Blanco y sus boys sólo conminaban a los rebeldes a suspender la medida, sin asegurarles nada a cambio.

En tanto, la presión crecía desde la calle, sobre todo luego que los funcionarios decidieran restringir al mínimo los turnos éticos ante la cerrazón oficial. Por su parte, el ejecutivo intentó paliar el asunto con unos fantasmales turnos de emergencia y planes de contingencia, los cuales no tuvieron ningún impacto.

El agotamiento físico, político y social de los funcionarios del SRC había llegado a ser más que evidente en los últimos días, hasta que el viernes 6, luego de una decisión informada y acordada en forma democrática por las bases, el paro de largos 39 días llegaba a su término. Las consecuencias de éste aún se deben evaluar; sin embargo, se ha señalado que podrían ser más de 2 millones los trámites que no se pudieron realizar en su transcurso.

Fue la unidad de los/as trabajadores/as del SRC y su lucha inclaudicable por conquistar sus justas demandas lo que logró darles esta victoria. Esta movilización logró doblar la mano al gobierno y demostró, de paso, que la dignidad de los/as trabajadores/s debe ser respetada si se habla de desarrollo para el país.

Como hemos dicho en otros casos, no esperamos que sea el sindicalismo domesticado el que lleve la bandera de la lucha contra las pésimas condiciones laborales actuales y las que se vienen con la reformita laboral-patronal de la NM. Sólo confiamos en la fuerza del sindicalismo más ofensivo y de clase, en los sectores de trabajadores que luchan decididamente por conquistar los derechos que los gobiernos de la falsa democracia jamás les reconocerán, aquellos/as que están dispuestos a salir del letargo y a darles duro a los que nos oprimen.

¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
¡NINGÚN ACUERDO O REFORMA A ESPALDAS
DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES!

Equipo Sindical CAD –Chile

Noviembre 7 de 2015

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